Podrían parecer ámbitos antagónicos, pero no lo son… gracias a una serie de auténticos gurús británicos de la música electrónica que lideran una tendencia ecofriendly en la que se fusionan los sonidos más vanguardistas con las imágenes de la naturaleza más impactantes. ¿Cómo? A través de vídeos que atrapan y dejan boquiabierto a cualquiera que pulse play (y de sus respectivos nuevos álbums, por cierto).
El primero que se atrevió a buscar en la madre naturaleza un argumento para el último de sus vídeos fue el estupendo músico JAMES BLAKE, un experto en innovar a través de cadencias, ritmos sincopados y melodías con gran carga emocional. Su tema I´ll Come Too no podía ser menos y, para presentarlo hace unos meses, Blake le pidió al editor de imágenes Matt Meech que buscara en el archivo BBC Natural History algo que conectara con la letra de su canción. Ese «algo» es una preciosa historia de desamor que muestra a la perfección cómo el mundo animal no está nada alejado de los sentimientos y comportamientos humanos.
En segundo lugar, el compositor y DJ FOUR TET (cuyo nombre real es Kieran Hebden) es el responsable de un vertiginoso viaje por el aire a través de arrebatadores parajes naturales y urbanos que resulta adictivo. Para su single Baby contó con una tecnología de drones hasta el momento desconocida que puso en manos de la realizadora Joanna Nordahl, contando además con un equipo que incluía un experto colorista de imágenes y un sound designer que realizan un trabajo excepcional. ¡Atención al final porque incluye una divertida sorpresa!
Y en tercer y último lugar, el músico y DJ FLOATING POINTS (en realidad, Sam Shepherd) es el responsable de un sueño electrónico inspirado por la naturaleza que resulta… ¿hipnótico? Para su single Last Bloom, producido por la empresa Hamill Industries, ha contado con un extenso equipo de producción que incluía un director de fotografía, otro de arte, un creador de esculturas y paisajes, unos arreglistas de flores y plantas… ¡e incluso una diseñadora de burbujas! Lógicamente, el resultado es tan bello que no deja lugar a dudas de que la electrónica está hecha para poner banda sonora a la naturaleza y, gracias a ello, lanzar un mensaje en su defensa bien ALTO y bien CLARO.
