En ECOLOVER somos conscientes de que pocas personas tienen la posibilidad (y el espacio) de crear un huerto de verduras propio. Sin embargo, este no es motivo para abordar el tema desde una perspectiva práctica e informativa. Nunca se sabe si, en un futuro próximo, se pueda hacer realidad.
Según datos de las Naciones Unidas, el 29 % de las emisiones de gases de efecto invernadero procede de la cadena de suministro que lleva los alimentos de la granja a la mesa, con fuerte impacto en la pérdida de biodiversidad, la deforestación o el uso de agua. Con estos datos sobre la mesa y considerando que el 35% de todos los alimentos producidos se desperdicia, es evidente que los sistemas alimentarios actuales deben evolucionar hacia una gestión más sostenible.
Quizás por ello, cada vez más a menudo, la tradicional jardinería está dejando paso al cultivo de alimentos para uso particular… o colectivo. Empresas poderosas están apostando por ello, como es el reciente caso de la Ciudad BBVA en Madrid y el giro a su operativa para alinearse con la estrategia global de sostenibilidad de la entidad.
El banco en cuestión ha equipado su sede principal con un huerto urbano y un centro de procesado propio para el tratamiento de frutas, hortalizas y verduras, que va a permitir incrementar el consumo de productos de proximidad y reducir la generación de residuos. El proyecto tiene un enfoque circular que permite reciclar los residuos orgánicos generados con la producción de abono propio para las zonas ajardinadas de la sede.
“Se trata de huertos empresariales inclusivos, que cierran totalmente el ciclo de la materia orgánica transformando un problema en una solución sostenible”, ha comentado Vicente Herguido, responsable de Sostenibilidad de Inmuebles y Servicios en BBVA. Además, el banco organizará actividades de dinamización y talleres para los empleados en colaboración con el Centro Especial de Empleo de la Fundación Juan XXIII, lo que permitirá la creación de empleo para personas con discapacidad que serán las responsables del mantenimiento de la instalación y de impartir dichas actividades.
Pero volviendo al ámbito particular, ponerse manos a la obra con un huerto de verduras no es tan complicado como parece. Aunque posiblemente lo que genere más dudas sea… saber qué plantar en cada época del año. Porque cada verdura tiene sus propios requisitos en cuanto a clima, suelo, frecuencia de riego y cuidados en general. Por eso, a continuación, os contamos qué verduras son más adecuadas para cada estación.
OTOÑO
Con el otoño, se supone que llega el frío y, con él, la época de plantar en el huerto de verduras opciones todoterreno como la patata, la acelga o la lechuga. Y otras como la cebolla, la remolacha, el canónigo, la espinaca, la haba, el guisante, el nabo, el ajo, la alcachofa, el romanesco o la zanahoria… En otoño se debe tener en cuenta la posible llegada de lluvias y, sobre todo, la disminución de las temperaturas. Y es buen momento para descompactar el terreno y aportarle nutrientes. Para el abonado es aconsejable, por ejemplo, el humus de lombriz, el estiércol o el compost. Y recuerda que en un huerto de verduras se puede aprovechar todo. ¿Un ejemplo? Crear un compostaje troceando las plantas del verano para lograr un sustrato más rico.
INVIERNO
En esta época del año, aparte de las anteriores (a excepción de las habas, guisantes y berenjenas) se pueden añadir en el huerto de verduras otras opciones como la escarola, la coliflor, el puerro, el repollo, el rabanito y la rúcula. Es aconsejable realizar pequeñas plantaciones y repetidas cada varias semanas para obtener producciones escalonadas. Existen cultivos muy resistentes al frío, algunos aguantan hasta -4 ºC de temperatura en momentos puntuales. Pero hay que tener en cuenta una cosa: son resistentes cuando ya están crecidos y bien asentados al terreno. Si se van a producir heladas de hasta -10 o -15 Cº… se necesitará crear un buen invernadero para elevar la temperatura del ambiente. A no ser que el huerto de verduras esté ubicado en el interior de la casa.
PRIMAVERA
Es una de las épocas favoritas del año, por su clima y porque las plantas comienzan a florecer. Durante los meses primaverales, se pueden plantar en el huerto de verduras opciones como el tomate, el pepino, la calabaza, el calabacín y el pimiento. Y se pueden seguir cultivando la patata, la cebolla, la berenjena, la lechuga y la zanahoria. Alimentos que son perfectos para disfrutar de esa dieta detox para mejorar la calidad de vida que proponemos en ECOLOVER. Conforme vaya aumentando el calor habrá que regar con más frecuencia el huerto de verduras. Se puede crear un sistema de riego por goteo o simplemente regar manualmente cada 2 o 3 días. Y cuidado con la llegada de las temidas plagas, como las de la mosca blanca, el pulgón, la arañita roja y el minador de la hoja.
VERANO
Por último, en la estación más calurosa del año la luz es indispensable (con un mínimo de seis horas diarias de luz directa) para añadir al huerto de verduras opciones como el apio, el brócoli, el pepino, el calabacín, la berenjena, el pimiento y el tomate. Es aconsejable el riego diario y… ¡prever las vacaciones para no dejar nuestra el huerto de verduras sin agua más de dos días seguidos! El fuerte sol puede quemar las hojas de las plantas si no se riega adecuadamente: es conveniente a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Y es mejor un riego profundo y espaciado que uno frecuente y superficial. Hacerlo así ayuda a que las raíces busquen el fondo de la maceta o suelo, lo que las fortalece y las ayuda a ser más resistentes en momentos de sequía. Respecto a los abonos, con moderación. Para usarlos hay que esperar un mes tras plantar los brotes y siempre teniendo en cuenta la cantidad indicada.
